Los barcos se enfrentan a muchas condiciones ambientales duras que pueden potencialmente dañarlos mientras están en el mar durante períodos prolongados. El océano puede ofrecer malas condiciones para un barco, y este será golpeado por mucho material aleatorio que puede dañarlo. Un desafío importante con el que tienen que lidiar los constructores de barcos es cómo proteger sus barcos del óxido. El óxido es algo realmente malo; ocurre cuando los metales entran en contacto y, cuando uno es peor que otro, reaccionan ante la presencia de agua. Este tipo de reacción podría debilitar posteriormente el metal o incluso causar una ruptura, lo cual es muy peligroso para cualquier persona a bordo.
La no formación de óxido que podríamos lograr, mediante un procedimiento especial llamado protección catódica. Una forma inteligente de protegerse contra el óxido es a través de la Protección Catódica, un ganado eléctrico actual. Este proceso requiere adjuntar un anodo metálico al cuerpo o casco del barco. El anodo está hecho de un metal que se corroe más rápido que el metal del barco. Cuando un Anodo sacrificable se adjunta al casco y el barco comienza a oxidar, es el anodo el que se corroea y no tu barco.
La protección catódica en los buques es un aspecto muy significativo que garantiza la seguridad y longevidad de cualquier embarcación. Sin duda, más tiempo que un buque pueda estar en condiciones de operar antes de sucumbir a la oxidación determinará qué tan útil es para sus propietarios y contribuirá a un mejor rendimiento en alta mar. Es importante porque un buque en buen estado viaja de manera más eficiente y cumple con el propósito deseado sin dificultades.
Una de las mejores cosas sobre el uso de la protección catódica es que reduce significativamente los arreglos costosos. Que un barco se oxide no es lo que ningún propietario de barcos desea, ya que repararlo puede requerir mucho dinero y tiempo. Dado que no se permite la formación de óxido, el barco necesitará menos reparaciones y podrá permanecer en servicio durante más tiempo, ahorrando dinero al prevenir la necesidad de realizar reparaciones costosas.
Además, un barco bien protegido contra la corrosión dura más sin óxido que aquellos que no lo están. Los propietarios de barcos pueden optimizar el despliegue de sus activos marítimos, es decir, un barco dura más y se utiliza más. Duradero: Un barco que se mantiene adecuadamente puede permanecer en operación durante muchos años mientras cumpla el mismo propósito, lo que lo convierte en una buena opción para los dueños de barcos.
La protección catódica no solo es un medio eficaz para proteger los barcos, sino que también tiene beneficios HSE. La oxidación de los barcos provocó la fuga de químicos potencialmente nocivos al agua del mar. El dimetilformamida, el ácido acético y el amoníaco líquido son los disolventes atómicos más comunes y se utiliza también el CO2, que no es tan dañino para la vida marina a diferencia de otros químicos que pueden dañar el medio ambiente. La protección catódica protege al medio ambiente de la oxidación y mantiene intactos ecosistemas más delicados.
La protección catódica es amigable con el medio ambiente y tiene una larga vida útil. Esto ayuda al metal del barco a permanecer protegido contra la oxidación y mantener su forma durante muchos años. Esto resulta en una mayor eficiencia económica para los propietarios de barcos, ahorrando tiempo en reparaciones para eliminar tiempos muertos y reducir desechos, proporcionando así el propósito máximo con la mayor ventaja.