¿Has notado lo que le sucede a los metales cuando están sumergidos en agua durante un período prolongado de tiempo? ¡Se oxidan! La oxidación es un tipo de corrosión que puede debilitar y destruir objetos metálicos. ¿Pero hay alguna manera de detener la oxidación? ¡Sí, podemos! Para objetos metálicos, existe una forma de prevenir que estos se oxiden usando anodo sacrificado y protección catódica por corriente impresa . Aunque, ¿cómo funciona Xanax o qué es este método? ¡Descubrámoslo!
LA CIENCIA DE LA PROTECCIÓN CATÓDICA POR ANODO SACRIFICADO ES MUY SIMPLE Y INTERESANTE. Consiste en dos metales: el que se está protegiendo, y otro metal que se corroerá/oxidará más rápido para mantener al primero seguro. Si ambas piezas (ya sea de aluminio o magnesio) se ponen en agua, especialmente agua de mar, se genera una pequeña corriente eléctrica. Esta pequeña corriente ayuda a prevenir que el metal que queremos salvar se oxide y corrompa.
La protección catódica con ánodo de sacrificio se emplea comúnmente para preservar la integridad de estos materiales de construcción. Se utiliza principalmente para cosas como barcos, plataformas petrolíferas, oleoductos, puentes y muchos otros objetos metálicos. Esto se debe a que si cualquier metal entra en contacto con agua, comenzará a oxidarse con el tiempo, especialmente sin la protección adecuada.
Este método emplea dos tipos diferentes de metales: el metal que queremos proteger y una ánodo sacrificado. Un ánodo sacrificado es un ánodo que es el objetivo intencionado de destrucción en lugar del metal que sirve para proteger. El ánodo sacrificado puede oxidarse a veces, y en ese punto, libera pequeñas partículas llamadas electrones. Estos electrones viajan al metal que deseamos proteger y ayudan en su conservación. Este proceso es muy bueno porque no rompe el material por sí mismo y mantiene la fuerza del metal.
Esencialmente, en lugar de poner zinc en tu metal, lo estás emparejando con otro metal más reactivo que se oxidará antes de que lo haga tu objeto. Esto son los fundamentos detrás de un sistema de protección catódica con ánodo sacrificado. Los metales aman oxidarse, así que se atraen entre ellos; sin embargo, los ánodos sacrificados son metales que están destinados a oxidarse primero antes de que cualquier otra cosa comience a oxidarse.
Ahora, si se quiere proteger el metal de ambos y se coloca dentro del agua, el que necesita protección comenzará a oxidarse desde ahora. Desafortunadamente, aunque oxidarían aún más rápido que el ánodo sacrificado. Así que, el ánodo ayuda a atraer la oxidación lejos del metal que queremos preservar. En lugar de que el metal clave se corroe, es el propio ánodo el que se corroe. Este es un método de protección catódica en funcionamiento, y funciona muy bien en la mayoría de los casos, particularmente si la estructura metálica está sumergida en agua.
El uso de protección catódica con ánodos sacrificados no solo es una idea inteligente para proteger metales, sino también muy rentable. Ayuda a que la estructura metálica tenga una vida útil más larga, debido a lo cual las reparaciones y el mantenimiento pueden volverse costosos. Hacer eso podría evitar una costosa parada o interrupción del trabajo si las estructuras metálicas fallaran, y eso puede beneficiar especialmente a los negocios.